Patrimonio cultural andaluz

Desde comienzo de la década de los setenta la economía mundial está experimentado verdaderas transformaciones. Una de ella viene de la mano de la cultura. La independencia que encontramos entre las diferentes ciudades y naciones ha hecho posible que los diferentes pueblos busquen la riqueza en el aprovechamiento de los propios recursos.

De esta manera, el patrimonio cultural se ha convertido en un nuevo factor que puede contribuir a potenciar el desarrollo de un país, convirtiendo así la cultural en una industria más a potenciar.

El origen del término Industria cultural se remonta a Escuela de Frankfurt. A mediados de los años cuarenta, Adorno y Horkheimer, ambos filósofos, crean el concepto de industria cultural y lo acuñan para explicar un cambio en los procesos de transmisión de la cultura, cambio que se estaba rigiendo por el principio de mercantilización y que modificaba de manera sustancial su carácter tradicional. Los dos filósofos señalaron y analizaron, en su conocida obra la Dialéctica de la razón, la transformación que hoy están sufriendo los medios de comunicación de masas y el carácter industrial que estaba adquiriendo la producción de la cultura en nuestra sociedad.
En el caso de Andalucía, nos encontramos con una de las comunidades autónomas españolas con más opciones para el visitante, y es por ello que se ha convertido en la primera de España elegida por el turismo.
Aunque el turismo de playa y el rural son dos de los principales destinos elegidos por los turistas en los últimos años ha habido un fuerte crecimiento del turismo cultural y monumental. Y es que Andalucía es una de las comunidades que destacan por su rico patrimonio histórico. La Alhambra de Granada, la Mezquita de Cordaba o la Giralda de Sevilla son algunas de esas maravillas históricas que esconde la comunidad andaluza.
Aunque estos sean quizás los destinos más visitados por los turistas extranjeros, en las tierras de Andalucía también encontramos catedrales, castillos o fortalezas, monasterios y ciudades monumentales, como Úbeda y Baeza (Jaén) que han sido declaradas Patrimonio Mundial.