sábado, 30 de mayo de 2009

"La Carbonería no puede ser una sala comercial"


HABLANDO CON... LOS LIRA

¿Qué decir de este espacio que es extraordinariamente efímero? Desde hace más de 30 años Paco Lira abre cada noche la taberna más mágica de Sevilla. En el barrio de San Bartolomé y bajo los escombros de un viejo almacén de carbón del siglo XIX comenzó a fabricar una taberna de mitos, no desvencijada por el paso de los años, siendo un estupendo buzón de tiempo donde recordar el pasado.

Son las seis de la tarde y la taberna se encuentra en un estado de tranquilidad absoluta. El patio, abrasado por el sol sevillano que ya inunda las calles a principios de verano, no permite a los Lira abrir la taberna antes. Las nueve de la noche es la hora indicada.

Durante la semana ofrecen conciertos de cantautores conocidos en la ciudad como son Daniel Mata en el Callejón del Gato o Juan Carlos Durán. Sin embargo, aquel espacio central con la caricatura de la Bernarda, cantaora de aquellos años, habla de un tiempo anterior al que Paco alude desde la barra como una fecha mágica a la que es imposible volver.

“La entrada es y debe ser siempre gratuita, no podemos convertirlo este espacio en una sala comercial”, dice Francisco Lira, actual regente de la taberna en el transcurso de la entrevista. La ley ruido hace estragos muchas de las noches en cada una de las actuaciones con estilos tan diversos como el jazz o el flamenco y aunque la actividad musical cese a partir de las doce el ambiente inicial sigue su curso.

Por otro lado, el carisma de sus paredes guarda el mismo encanto que hace tres décadas . El secreto, según los Lira, es la combinación de los tres espacios. “Por una parte la vieja y noche arquitectura que es propiamente la Carboenría, la mezcla de vegetacion en interior y exterior. Y el tinglado de tránsito de verano que une la parte antigua con la nueva a través de un ambigú”, nos cuenta Paco.

La Carbonería era refugio de todos los intelectuales, artistas y políticos que no podían hablar en otros sitios. Por allí pasaron Camarón, Peter Gabriel, Frank Zappa y hasta el mismísimo grupo Triana. Paco lo recuerda con emoción y también a Jesús de la Rosa. Hasta allí mismo llegaron en el año 1977 las cámaras de televisión extranjera para grabar a Jesús con las canciones de su disco El Patio.

De madrugada el salón grande se puede ver hasta la bandera. Paco enseña al final de la noche el piano que aparece junto a las columnas salomónicas de la entrada. Un recuerdo y muchos instantes. El portón rojo lleva aldaba para que entren los amigos, que son para Paco y Francisco Lira su jardín. Será por su olor a humedad o por su historia que entran ganas de quedarse para siempre. Muy bien no sabría explicarlo pero todo en conjunto es magia de ahora y antaño unido en varias generaciones. Porque nunca fallen. Y la industria no destroce más rincones....

3 comentarios:

Antonio dijo...

Un lugar mítico sin duda que tuve oportunidad de conocer cuando llegue a la ciudad de Sevilla en el año 1989....

Ojalá la generación de los Lira la mantengan para siempre

Raúl dijo...

Sus paredes guardan demasiadas historias de insomio, de viajes perdidos y amores consagrados.... aunque ahora se llene los viernes de guiris este rincón de la ciudad nunca debería desaparecer....

Larga vida a Levíes 18

saldemar dijo...

Sobre la grabación de Triana el "La Carbobería" en 1977, sabes que TV extranjera grabo esas imágenes.

Gracias