
El fenómeno cultural de los musicales agita la vida cultural madrileña desde la emblemática Gran Vía. No es baladí pensar que desde los años 90 este negocio, atraído por la industria cultural y grandes productoras como Vértigo Producciones, han generado grandes cantidades de dinero con lo que han vuelto a nacer teatros antiguos. El caso más significativo llegó en el año 2005 cuando el musical de Nacho Cano “Hoy no me puedo levantar” despertó de las tinieblas al antiguo teatro Rialto, bautizado desde aquella fecha como Teatro MoviStar. Este musical, considerado el de más éxito en la historia de España, es una de las propuestas más claras que ha pasado por el palacio de Congresos de Sevilla, FIBES, del 16 al 22 de abril.
Gonzalo Pérez, director de Vértigo Producciones, la empresa encargada de distribuir este montaje y otros como Jesucristo Superstar, High School Musical o Fama, explica las razones que, a su juicio, hacen de Sevilla una ciudad “difícil” para los musicales. En primer lugar, Pérez apunta a la falta de espacios escénicos privados, en los que este tipo de espectáculos podrían permanecer entre cuatro meses y un año, siendo totalmente rentables. Sin embargo, éste es, hoy en día, un mal común en la mayoría de las ciudades, que sí se están subiendo al carro de los musicales.
El criterio exclusivamente elitista que marcan concienzudamente los programadores de los dos principales teatros de la ciudad, El Maestranza y Lope de Vega, hacen que no goce de una buena acogida este tipo de propuestas musicales, que son ,a su criterio, muy comerciales. El teatro Maestranza, inaugurado en el año 1992, sería el lugar perfecto para incluir este tipo de eventos, teniendo un aforo para 1.800 personas. Sin embargo, “hablar con esta institución es como hablar con Dios”. Los musicales tienen la entrada vetada en este teatro, al que acuden durante su temporada, de septiembre a junio, conciertos de música clásica, ópera y artistas muy concretos, teniendo una programación muy exclusivista.
A raíz de esta oferta, la única propuesta viable ha sido finalmente el palacio de congresos de Sevilla, ya que admitía venta de localidades que en el decimonónico teatro Lope de Vega. Según palabras del director del teatro, Antonio Álamo “Los musicales suponen una apuesta económica muy fuerte, en torno a los 5 o 6 millones de euros”. Para que a la empresa le resulte rentable montar un musical como el de Mecano, necesita disponer de mil butacas en cada función, por lo que para acudir a espacios como el Lope, con menos de 800 plazas, necesita del Ayuntamiento “un apoyo económico adicional”, que compense la falta de público, lo que también suponía un obstáculo a la hora de negociar.
La falta de iniciativa privada motiva una escasez de espectáculos de esta índole. Aunque mucha gente acuda a su representación, mantener en cartel una obra musical durante meses o años resulta imposible en una ciudad donde la gran oferta cultural se concentra en 3 espacios teatrales muy monopolizados. Sería el caso del Maestranza, el teatro Central y el Lope.
Aunque la prioridad por este género no se demuestra de gran manera en la escena sevillana, el decimonónico teatro del Lope de Vega ha cerrado firmas esta temporada con otros títulos como Jesucristo Superstar . En cualquier caso, la expectación todavía cuarta a muchos admiradores que esperan la llegada de musicales con los que poder soñar, sin tener que acudir al epicentro madrileño.